No solo es genética. ¿Por qué se tuercen los dientes?

Buena parte de la población tiene, en mayor o menor medida, los dientes torcidos o apiñados. Pero, ¿por qué ocurre? ¿Cuáles son las causas principales? Aunque la predisposición genética es uno de esos motivos, no es el único. Desde Gadir Dental dedicamos este artículo a explicártelo. 

Comenzamos por una curiosidad. ¿Sabías que ahora tenemos la boca más pequeña que la de nuestros antepasados? La forma y capacidad de nuestra arcada ha ido evolucionando, reduciéndose con el paso de los siglos principalmente por un factor clave: el cambio de alimentación. Ahora ingerimos alimentos más blandos. Es decir, el tamaño influye directamente en los dientes torcidos igual que ocurre con la genética.

 

Causas en los bebés

Además, hay hábitos que afectan negativamente a la alineación. En bebés y niños muy pequeños está claro: hablamos del uso del chupete (que se recomienda eliminar antes de los 3 años) o la costumbre de chuparse el dedo o introducir y morder ciertos objetos.

‘Dejar pasar’ o no darle importancia derivará seguramente en problemas de maloclusión o, lo que es lo mismo, un mal encaje de los dientes del maxilar superior con el inferior y, por lo tanto, mordida incorrecta.

 

¿Y a partir de los 6 años?

El paso de los dientes de leche a los definitivos es clave. Es habitual ver en los niños arcadas pequeñas donde la falta de espacio es la principal causa del apiñamiento, pues los nuevos dientes son más grandes que los de leche. Esto se agrava si, además, los dientes de leche se caen demasiado pronto, pues el definitivo tarda más en salir y en ese tiempo el espacio disminuye.

También influye, aunque parezca increíble, el tipo de respiración. Es decir, respirar por la boca de forma habitual también altera los rasgos faciales.

 

También en adultos

Hemos hablado de los dientes de leche, pero ¿qué pasa con las muelas del juicio? Pues sí, su salida también puede torcer y apiñar los dientes cuando la arcada es pequeña y no hay espacio suficiente.

En los adultos también es determinante el hecho de sufrir algunas enfermedades bucales, como la periodontitis. En este caso pueden darse dos situaciones: que la inflamación de las encías debilite la fijación de las piezas dentales y esto provoque el desplazamiento de las mismas o que, directamente, la enfermedad derive en la pérdida de alguna pieza. En el segundo caso, se abrirá un hueco que ‘invitará’ al movimiento del resto de dientes.

Un último factor son los golpes o traumatismos, que pueden alterar la posición de los dientes o propiciar los dientes torcidos.

Ahora que ya sabes más sobre las causas, intenta prevenir las que son evitables. Y si quieres conocer cómo corregir tu situación, recuerda que en Gadir Dental estamos abiertos a estudiar tu caso y proponerte la mejor solución.

¡Te esperamos!

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