Tratar la odontofobia o, lo que es lo mismo, el miedo a sentarse en el sillón del dentista tiene solución: la sedación consciente. En Gadir Dental te explicamos en qué consiste esta técnica y para qué personas o situaciones está más recomendada.

El objetivo consiste en que el paciente pueda realizarse determinados tratamientos odontológicos de forma más relajada y llevadera. Se aplica de forma intravenosa con el objetivo de que aquellas personas que tienen especial temor puedan cuidar su salud bucal.

Un procedimiento seguro

Si bien su aplicación es relativamente reciente, la sedación consciente es completamente segura ya que se vigilan continuamente las constantes vitales del paciente. El control es permanente y, de hecho, no todas las clínicas odontológicas están autorizadas a llevarla a cabo ya que precisa la presencia de un médico anestesista.

Eso sí, aunque podría utilizarse para cualquier tratamiento, la indicación es usar la sedación consciente para aquellos que son más complicados y requieren un mayor tiempo en el sillón. Por ejemplo, en casos de cirugía bucal y maxilofacial o cuando se trata de implantes dentales.

¿Qué medicamentos se usan?

El Triazolam, que suele hacer efecto a partir de los 15 minutos, es el medicamento más utilizado y la cantidad a aplicar depende de dos factores: la duración estimada de la intervención y el nivel de estrés o ansiedad del paciente. Aun así, a veces la sedación consciente se realiza mediante una combinación de medicamentos como el Lorazepán, Diazepán o Midazolán, así como el Propofol.

Hay que tener claro que la sedación consciente guarda una diferencia importante respecto a la anestesia general odontológica ya que esta busca la pérdida temporal del tacto y del dolor en una zona concreta. Con la sedación consciente lo que se logra es una sensación de placidez y bienestar que logra la relajación del paciente ante la intervención.

¿Más información?

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